He vivo todas las etapas.

El temor de no saber como empezar, si trabajar desde casa o ir a domicilio, el no saber cuanto cobrar, como organizarte con tus clientes o si dedicarte al 100% en ello desde el principio. 

Cuando empecé al no tener clientes me ofrecí a trabajar en una barbería.
Sinceramente no sabía nada sobre el trenzado. Aprendía como cada vídeo de YouTube que veía y practicaba cada vez con nuevos clientes.
Acabé dejando el lugar a los 3 meses.

El 95% de los ingresos los facturaba yo y luego me quedaba con menos del 25%.
No me pareció un trato justo y decidí empezar mi
aventura.

Entonces fue cuando decidí empezar a dar mis servicio adomicilio.
Lo que me ayudó a crear incomodidades que debían ser resueltas con agilidad y rapidez.
Me acostumbre a no estar cómodo, lo cual me desarrolló técnicas para ser más ágil, rápido y organizado en todo momento.
Incluso llegué a peinar en calles o portales. Ya que no todos podían ofrecerme espacios en sus casas para peinar.

Llego un punto donde había ido a muchos lugares, que no eran demasiado seguros y hablando con mis padres, ellos me sugirieron peinar en casa.
Al no querer molestar y abarcar más espacio, decidí trenzar en mi habitación.
No tenía espacio para peinar, así que cada día levantaba mi cama y dejaba un hilo de pata a pata de la cama, para así poder colgar las extensiones.
Esta situación era insostenible a largo plazo, ya que sentía que mi propia intimidad no existía, pero sacrificaba todo por mi progreso y pasión.

Así que sin importar a donde tuviera que ir. Volví a dar mi servicio a domicilio.
Fui a cientos de casas y conocí a familias enteras, empresarios, cantantes y múltiples personas de otras índoles.
Fue una etapa preciosa, me la pasaba viajando y conociendo lugares.
Pero mi agenda no paraba de crecer y poco a poco no me daba la vida para vivir y peinar.
Me levantaba a las 6 am, para empezar mis servicios a las 8am y llegaba a mi casa hacía las 00:00 y así día tras días.
En aquella época trabajaba 6/7 días a la semana.

En mis etapas yendo a domicilio, llegaba a recorrerme entre 1100 y 1500km mensuales, para ofrecer mis servicios en todos los lugares posibles.

Ahora ya en mi casa, decidí volver hacer lo que hice años atrás. Reconfigurar mi habitación para poder trabajar y dormir en ella.
Literalmente para trabajar, la tenía que desmontar entera.
En este punto combinaba el a domicilio con el trabajar en casa.
Cuando tenía tiempo iba yo, cuando estaba la agenda llena, peinaba en mi habitación.
PD: tuve que sacar las sneakers de la habitación porque cualquier cm de más era mucho espacio

Ahora después de tanto tiempo, tengo mi propio espacio y con proyección a seguir creciendo.